lunes, 18 de marzo de 2013

El poder del acolchado


Hace unas semanas les conté que la Jefa había elegido unas telas hermosas y me las había entregado con un moño, para que empezara a coser cosas nuevas para el taller.
Fue así que armé este bloque floral con aspiraciones de pensamiento. Pero seamos honestas, así solo, no decía mucho!! Un aspecto muy rígido y esquemático. 

                                     

Entonces me dispuse a acolcharlo a máquina, porque la máquina no muerde para acolchar!!!! Resultó que esa maravilla mecánica y electrónica, además de ser la herramienta necesaria para coser, es un instrumento de primer nivel para acolchar.

Como el diseño que quería acolchar estaba compuesto con bastantes curvas amplias, lo dibujé para quedarme tranquila del resultado final..
Utilicé la lapicera de tinta Pilot Frixtion (sí, sí, aceptaría esponsoreo!!) que mis hijas usan en el colegio. Es una maravilla, para el colegio y para las telas. A saber: a) para el colegio, porque escriben y luego lo pueden  borran con la punta de polímero que tiene en el otro extremo, sin necesidad de borratinta y posterior birome y 2) para las telas, porque dibujamos y las líneas desaparecen con el calor de la plancha, con solo acercarla al trabajo, sin necesidad de aplastarla.

¿Qué me cuentan, eh? Me atrevo a publicarlo con tanta desición porque sometí el producto a distintas pruebas: agua fría, agua caliente, secado al sol, secado a la sombra y heladera por varias horas. Lo único que hace reaparecer la tinta es el frío del freezer pero quien demonios guardaría un acolchado en el freezer, no?


Me lancé a acolchar, cambiando los colores de los hilos para lograr distintos efectos.
En lo único que podía pensar era en los exhibidores que tienen las mercerías: quiero uno de esos, con todos los colores!! Si, si, si, también acepto esponsoreo en esto!! =)
Para este trabajo me llevé prestadas varias bobinas del taller, que prometo devolver.


El trabajo quedó bien, estoy muy conforme. El acolchado libre le hizo perder la rigidez al patchwork, le dio otra dimensión.
Va una foto más de cerca, para apreciar detalles.


Confieso que le tuve pánico a acolchar a máquina durante mucho tiempo. Ahora le estoy tomando el gustito.
Tenemos que tener en claro que no reemplaza al acolchado a mano, es otra cosa. Es una técnica más para utilizar.

A las que todavía no se animan, les digo que pierdan el miedo. Todo es cuestión de empezar!!

Besos y a divertirse cosiendo!!
Marina

domingo, 10 de marzo de 2013

Colores, telas, brillos y perseverancia


Hace unos cuantos años con Horacio, mi esposo, cambiamos el color de las paredes de nuestra habitación. El amarillo luna mutó en un poderoso lila.
Si, ya sé lo que están pensando y tienen razón, mi marido me dio el gusto!!

El acolchado de cuadrados que hice para nuestra cama, en la vieja y querida paleta de colores country, no pegaba ni con cola de carpintero. Empecé un acolchado nuevo y en poco tiempo elegí también un diseño para hacer el tapiz respaldo de la cama.

El acolchado está por ahí, esperando inspiración divina, que tarda cada vez más en llegar. Confieso que usé telas muy lindas y un bloque simple que permitió incluir todas esos pedacitos que guardaba como tesoros. Pero creo que no hay amor entre nosotros, no de ese amor que dura muchos años.

El tapiz cuenta otra historia, con un mejor final.
Se los presento, colgado, en otra casa, en otra pared ... y con el mismo marido!!


El diseño original fue publicado en una revista y la ejecución comezó en noviembre de 2008.
Así empecé, aplicando los cuartos de círculo a las bases blancas o de color, según la ocación. Agradezco a mi papá que fotografía todo, hasta los momentos de costura!!


Los primeros pasos fueron lentos porque eran todas aplicaciones a mano. Después el armado fue más rápido porque fue a máquina. Llegó el momento del sandwich, que armé diligentemente y dejé dormir unos dos años.

En uno de esos ataques de "no puede ser que tenga tantos trabajos sin terminar", empecé a acolchar.
Como las aplicaciones estaban a mano, acolché a mano. No hay una regla para esto pero debo decir, sin que suene arrogante, que tengo una puntada espectacular. Al paso que iba, apuro no tenía.

Durante el 2012 el trabajo volvió a reposar. Quería acolchar los bordes pero no sabía que diseño hacer. Entonces decidí que era momento de consultar a mi amiga Bárbara.
Ella es diseñadora textil y desde que somos niñas, la recuerdo dibujando.
De su mano y su genio llegó la solución, esa idea que me destrabó la cabeza y le permitió a mis manos seguir trabajando.


Fue también Bárbara quien hace muchos años me dijo "¿y si a esos trabajos los bordás?", sembrando la semilla de lo que en un tiempo sería una vuelta más en la confección de mis tapices.

En diciembre pasado elejí las mostacillas y lentejuelas apropiadas a cada color. Subí todo al auto antes de partir a mis vacaciones en la playa, dispuesta a avanzar en mi tiempo libre.
La casa tenía una galería especialmente preparada para mi tarea.


Puedo decir que el descanso de enero me hizo bien. Bordé y bordé como loca, con muchos brillos.
Y el tapiz quedó listo!!
Aquí está el trabajo terminado.


Y ahora, los detalles, bien de cerca, a pedido del público.


Lentejuelas ovaladas para las hojas.


Las líneas del acolchado fueron todas bordadas encima, utilizando las mostacillas en el mismo color que el bloque.


Las ondas del borde fueron bordadas solo en verde y con lentejuelas hojas más chicas que las de los bloques. Las lentejuelas y mostacillas ocuparon los espacios de tela entre puntada y puntada, sin pisar al hilo perlé.


Terminé el tapiz después de cinco años. En ese tiempo hubo muchos descansos y muchas horas de trabajo. Y lo terminé. Persevera y triunfarás.
Y me sigue gustando.
Me gusta más que cuando lo empecé.
Besos para todas!! Marina

sábado, 9 de marzo de 2013

Cuadro de honor


Y la costurera es Amalia, que con este trabajo está en el cuadro de honor de marzo de 2013!!
 
A ella le encargaron pintar una vajilla de porcelana. La dueña del pedido quedó encantada cuando le entregó el trabajo. Entonces los pigmentos y aceites de la pintura en porcelana se transformaron en tela y trasladamos el diseño a la decoración de la cocina.

Los almohadones, para las sillas de la cocina.


El visillo para la ventana, en uno de sus extremos.


La flor central, con los detalles de bordado y el efecto de sombra por el uso de varios tonos de telas.




El extremo derecho del visillo.


Hermoso trabajo, bordado con delicadeza y prolijidad, con una original paleta de colores.
Felicitaciones Amalia!!




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